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El joropo se ha constituido como una de las expresiones artísticas más representativas de Venezuela. Este género dancístico y musical cuenta con distintas variantes regionales en toda Venezuela con   mayor presencia en los cinco llanos venezolanos y los tres llanos colombianos.

En nuestro país el Joropo hace su aparición tímidamente en “sesiones de joropo” un lugar de encuentro abierto a la comunidad, organizado por músicos argentinos y músicos colombianos residentes Buenos Aires, donde se practica a modo de ronda la música y baile del joropo. Cabe destacar que, si bien es una propuesta abierta a la comunidad, es una espacio pensado para músicos y principalmente acudida por la colectividad colombiana.  Sesiones de Joropo lleva su decimoctava  edición, en el trayecto de su segundo año consecutivo de prácticas. Los integrantes del grupo musical  Camoruco, son los principales propulsores de estos encuentros, además de los organizadores del Encuentro Internacional de Música Llanera en Buenos Aires se realiza desde el 2017 y va por su tercera edición,  aparte de brindar conciertos  con el propósito de mostrar al joropo  en sus distintas facetas, instrumentaciones y estilos.

En este ámbito es donde relevamos la práctica del Joropo en Argentina y recientemente comenzamos a encontrarnos con los primeros venezolanos practicantes de joropo. Una práctica que va creciendo junto a la comunidad venezolana en Argentina. Pero para entender los propósitos del trabajo hablaremos un poco más sobre el joporo y sus usos discursivos.

  1. Acerca del joropo como expresión folklórica

Los especialistas describen que en un primer momento el término joropo se utilizó como sinónimo fandango de origen andaluz o flamenco[1] en su  acepción de “baile”, “fiesta” o “parranda”. Esa primera definición de joropo empieza a caer en desuso, para posteriormente ser utilizada solo para nombrar a la expresión artística: la música y el baile. El fandango como expresión artística -de origen andaluz- será el que finalmente influirá en las nuevas formas coreográficas de la región latinoamericana, y se convertirá, finalmente, en Colombia y Venezuela en joropo como expresión dancística y musical. En cuanto a la voz, joropo, puede designarse como un derivado de la palabra jarabe -del árabe xärop– que designa a la danza mexicana con cual comparte la base danzada del zapateado y la influencia del fandango.

Respecto de la estructura musical, la matriz se inscribe dentro de los compases ¾ y 6/8, y de los diversos tipos de acentuación ejecutados por instrumentos musicales nacen las variantes de joropo[2]. Desde el punto de vista agógico[3], podemos denominarlas en tres grandes grupos, de lo más lento a lo más rápido: tonadas, pasajes y golpes (Tacha Niño 1993). Como organología de joropo, mencionamos los instrumentos melódicos: arpa – bandola llanera – bandolín – guitarro – violín – requinto – guitarra – sirrampla – hoja de limón; Armónicos; cuatro – bajo – guitarra – bandolón; percusión:  marcas – furruco – carraca – tambora – además del (Zapateo – cotizas)[4].

Continuando con la descripción de la danza, podemos decir que la misma es de pareja enlazada y, con pasajes de pareja tomada[5]. Más allá de los diversos estilos y particularidades regionales, en la forma dancística predominan los zapateos, alternados por los valseados o pasos de vals. La principal característica es la complejidad dada por los zapateados representando así el mayor virtuosismo de los ejecutantes en los diversos pasos y figuras en su forma enlazada.

Como variantes regionales encontraremos joropo llanero – joropo oriental, joropo central, joropo occidental o larense, joropo andino, joropo guayanés y joropo urbano. (Salazar 2014).

El joropo se baila en Venezuela desde la época colonial hasta la actualidad siendo representativo de las clases populares…

 

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Referencias

Referencias
1 Cabe señalar que el origen andaluz del fandango es estudiado en función de las corrientes migratorias que compusieron el continente americano, presentando entonces características árabes, tomadas por los africanos que fueron esclavizados en América, en un proceso zigzag cultural el fandango es llevado nuevamente a España donde apropia nuevas características y regresa a las Américas para darle forma a otras formas musicales y dancísticas.
2 El estudio musical requiere de un trabajo más exhaustivo que por razones de extensión no podremos abordar en el presente trabajo.
3 Mús. Conjunto de las ligeras modificaciones de tiempo, no escritas en la partitura, requeridas en la ejecución de una obra. En https://dle.rae.es/?id=16JQ2l7
4 Es interesante, la descripción organológica que presenta tacha niño, ya que incorpora el zapateado de los ejecutantes, también como una instrumentación característica de la musicalización del joropo, al nombrar los zapateados o cotizas esta última refiere al calzado del hombre llanero.
5 Utilizando los criterios de clasificación enunciados por Carlos vega
Sonia Judith Vazquez

Bailarina, Docente e Investigadora (UBA-UNA). Especialista en Epistemologías del Sur.