Reflexiones en las aulas del Bachillerato Popular Maderera Córdoba
La educación popular en nuestras aulas desde los Bachilleratos populares que conformamos la CEIPH venimos desarrollando un proyecto político pedagógico situado en la senda de la Educación Popular (EP). Estamos convencidos y convencidas de que esta experiencia que llevamos adelante hace ya muchos años, se ha ganado un lugar dentro de ese vasto fenómeno de nuestra América. La construcción de una pedagogía para la transformación y la libertad, nacida al calor de los movimientos sociales y de la lucha por los derechos fundamentales, nos hermana con experiencias que crecen a lo largo y ancho de nuestros pueblos.
La EP en nuestras aulas es el desafío que tenemos por delante. ¿Cómo incorporamos los aportes de esta pedagogía a un proyecto político y pedagógico en el aquí y ahora? ¿Cómo se lleva adelante en el Bachillerato Popular Maderera Córdoba en particular? ¿Quiénes son aquellos y aquellas con quienes queremos construir un proyecto de EP? Es en este camino, del cual nos sentimos parte de su devenir y es con conciencia de esa praxis que realizamos la tarea en las aulas.
El presente artículo es una reflexión sobre nuestra praxis pedagógica. Aquí trataremos con cuatro elementos o aspectos centrales que podemos considerar pilares de la construcción colectiva de conocimiento crítico: un primer aspecto está dado por la necesidad de rescatar ese acumulado histórico, filosófico, político, organizativo en el que se enmarca nuestra praxis pedagógica. Un segundo aspecto, está dado por la singularidad que implica un proyecto político y pedagógico en el Bachillerato Popular Maderera Córdoba.
Un tercer aspecto, se centra en la propia praxis de la Educación Popular que nos exige una compresión profunda del sujeto con el que nos proponemos construir conocimiento liberador. Y, por último, la manera en que se incorporan los contenidos de las materias y los puntos de partida en nuestra construcción de conocimiento.
El estudio cuidadoso de la EP, la sistematización y conceptualización de sus elementos nos lleva a una importante conclusión: en términos metodológicos, todo aquel cuerpo conceptual y todo aquel proyecto de mundo no es el punto de partida de las prácticas concretas sino, en todo caso, un punto de arribo o el andamiaje que el docente aporta a la construcción colectiva. El punto de partida indefectiblemente son aquellos con quienes transitamos el camino de comprensión de la realidad. Son sus vivencias, su modo de ver el mundo, de sentirlo y de hacerlo la argamasa que da solidez a todo análisis científico y que da cuerpo a toda voluntad de cambio.
De este modo, en nuestro quehacer político y pedagógico es necesario partir de la realidad concreta donde se desarrollan los bachilleratos, como así también, cuáles son los intereses sentidos, los sueños, miedos, etc., de los sujetos implicados en la construcción de conocimiento liberador. Esta comprensión surge del estudio de la realidad social y de la escucha. La misma consta de reestablecer y revalorizar la voz de aquellos y aquellas con quienes construimos conocimiento en las aulas de Maderera.
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