Resumen
Este artículo tiene como objetivo general analizar un conflicto socio-ambiental de gestión, acceso y uso del agua en las localidades de Agua de Oro, El Manzano y Villa Cerro Azul, provincia de Córdoba, Argentina. Dicho conflicto involucra a ciudadanos afectados por el desarrollo inmobiliario privado; a empresarios; y a organismos públicos comunales, municipales, provinciales y nacionales. A partir del análisis de testimonios, fuentes bibliográficas y documentales, el artículo se propone dos objetivos específicos. En primer lugar, caracterizar un conflicto de raigambre local que expresa una problemática global del Estado frente a los conflictos socio-ambientales y el patrimonio. Y en segundo lugar, analiza la relación entre sociedad, Estado y naturaleza, así como el eminente economicismo con el que se conciben los llamados Recursos Naturales.Introducción
Este artículo presenta una serie de reflexiones preliminares resultantes de una investigación más amplia y aún en curso, que analiza las argumentaciones y narrativas de diferentes colectivos sociales que interpelan el rol del Estado frente a conflictos socio-ambientales. Nos enfocamos aquí en un caso en concreto suscitado en las localidades de Agua de Oro, El Manzano y Villa Cerro Azul, provincia de Córdoba, Argentina. Allí un grupo de vecinos auto-convocados y la empresa desarrollista TICUPIL S.A. disputan la gestión, el acceso y el uso del agua en una zona semi-desértica que sufre constantes sequías. Nos proponemos, en primer término, describir el conflicto entre ciudadanos, empresarios y organismos públicos. Y en segundo lugar, a partir del relato de los propios actores intervinientes analizar la relación entre sociedad, Estado y naturaleza, así como revisar la concepción Recursos Naturales en tanto bien susceptible de explotación.
En virtud de lo expuesto, nos planteamos un abordaje metodológico cualitativo y etnográfico, compuesto en especial por el análisis de tres diferentes fuentes: la bibliográfica, documental y oral. En cuanto a ésta última, nos hemos servido de técnicas de observación participante y entrevistas en profundidad con informantes clave y líderes de opinión local. Dichas técnicas buscan, por un lado, la descripción densa de hechos, y por otro, la recuperación de interpretaciones y sentidos a partir de los discursos y las manifestaciones recogidas en un tiempo y un territorio determinados. En este sentido, siguiendo a Piazzini (2006), consideramos que la espacialidad es una más de las complejas dimensiones de la vida en sociedad. Creemos que cualquier territorio, sea una localidad o un pueblo, es objeto de apropiación de los actores sociales. Consideramos que es precisamente en los territorios específicos donde tienen lugar las más diversas, complejas y heterogéneas interacciones socio-económicas, así como los conflictos y sus soluciones. En el universo de un pueblo se producen, conviven y circulan relatos o perspectivas que interpelan órdenes de escala global. Es decir, las narrativas se definen en relación a un otro local pero también en relación a un otro global, que afecta no sólo su espacio de coexistencia sino también sus valores de convivencia y cosmovisión del mundo (Harvey, 1998).
Haciendo un apretado resumen introductorio al caso, podemos decir que el Rio Chavascate -sub-cuenca del Rio Carnero- suministra de agua a las localidades de Agua de Oro, El Manzano y Villa Cerro Azul. Y TICUPIL S.A. propietaria y desarrollista del Complejo Villa Candonga extrae el agua desde la naciente del rio en lo alto de la sierra afectando el punto neurálgico de su producción y recarga natural. Es decir, el emprendimiento de TICUPIL S.A. amenaza la sustentabilidad de la sub-cuenca Chavascate y, por lo tanto, afecta el suministro de agua que este provee a los vecinos de la zona. El emprendimiento Villa Candonga propiedad de TICUPIL S.A., es un emprendimiento que dispone de un amplio loteo con parcelas de hasta 4.000 metros cuadrados por unidad. Prevé construir en el mediano plazo los amenities propios de un barrio country de alto nivel, con piscinas, canchas de vóley, de tenis, de futbol, Club House con restaurante y cava, y todas aquellas prestaciones preferidas por clientes de alta capacidad adquisitiva. Esto es, planificación general, desarrollo y manutención urbanística, suministro de servicios, recolección de residuos y seguridad privada, todas comodidades de la ciudad, pero en medio de un conclave geográfico de gran belleza natural en las sierras cordobesas.
Si bien los barrios cerrados son una nueva forma de agrupamiento social y producción privada del espacio urbano residencial para sectores altos; y pese a que en el discurso del establishment se ha instalado la idea de que hay una retirada casi total del Estado en la producción de éstos espacios urbanos, según el análisis de Diego Ríos (2005) estos procesos de desarrollo y de expansión de urbanizaciones cerradas permite poner de relieve la participación necesaria del Estado para favorecer las condiciones de (re)producción privada del espacio y los capitales de negocio que los desarrollan.
En concreto, lo que la Asamblea de Vecinos de Agua de Oro, El Manzano y Villa Cerro Azul denuncia del Complejo Villa Candonga, no es su carácter privado, excluyente y de clase alta, sino, en primer lugar, que el proyecto de TICUPIL estaría violando la ley, pues estaría emplazado en Zona Roja Tipo I, Ley 9814 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de Córdoba, misma que determinó la conservación del bosque a perpetuidad y prohibió cambios en el uso del suelo.[1] Y en segundo lugar, los vecinos cuestionan que TICUPIL S.A. utilice el patrimonio histórico nacional de la Capilla de Candonga como argumento de venta.
Expliquemos brevemente este punto, que no es menor. En la Comuna El Manzano, la más pobre y escasamente urbanizada de las tres poblaciones, se encuentra ubicada la Capilla de Candonga, oratorio de la Estancia Santa Gertrudis, reliquia de la época colonial y emblemático patrimonio histórico y cultural serrano. La Capilla de Candonga fue construida en el Siglo XVIII junto a una estancia que a principios del Siglo XX fue remodelada y adaptada por un particular para recreación turística. La capilla antiguamente pertenecía al casco de la Estancia, pero en el año 1934 fue donada a la provincia junto a una hectárea de tierra para su preservación, y en 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Los vecinos denuncian que TICUPIL S.A. pone en riesgo la sustentabilidad del entorno natural de Candonga al afectar la cuenca baja del rio Chavascate con la construcción a escasos metros de sus instalaciones. Sin embargo, la empresa no sólo se auto-proclama responsable y preocupada por la preservación del entorno de la capilla, sino que además se sirve de su imagen y atractivo histórico-patrimonial como argumento de venta de sus lotes.[2]
Cabe puntualizar que las localidades de Agua de Oro, El Manzano y Villa Cerro Azul se ubican en el departamento Colón, que abarca una superficie de 2.588 km2, y representa un 1,53% de la superficie total de la provincia. Por un lado, dichas localidades están en un área seca, de bajas precipitaciones, y por efectos orográficos atenuados el promedio anual de la zona es de 600 a 700 mm, es decir, presenta un acuciante déficit hídrico (Chiavassa, 2005). Y por otro, dentro de este departamento conviven diferentes cuencas y sub-cuencas hídricas que son resultado del ordenamiento geológico y no del político-administrativo, hecho que no es ni ha sido tenido en cuenta a la hora de la zonificación política y la explotación económica del área…
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Referencias
↑1 | El 5 de agosto del 2010 la legislatura de Córdoba sancionó la Ley 9814 de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo, que 24 horas más tarde fue promulgada por el Poder Ejecutivo. La Ley determinó las diferentes zonas de preservación según criterios de importancia de recarga hídrica que ejerce el bosque nativo. En esa oportunidad Candonga fue declarada “Zona Roja” Categoría I. Esto significa que a partir del establecimiento de la ley los bosques en zonas rojas debían conservarse a perpetuidad, prohibiéndose cualquier tipo de cambio en el uso del suelo. |
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↑2 | La Capilla de Nuestra Señora del Rosario de Candonga, fue construida como oratorio de la Estancia del Rosario de Santa Gertrudis hacia 1730. En 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional por decreto 90.732. La Capilla de Candonga es un icono de la serranía, pues se encuentra oculta en un valle de gran belleza natural, al lado de un pequeño río. Este pequeño enclave serrano recibe la visita de miles de turistas durante todo el año. |